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Wainhaus

Wainhaus

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Para Breyer el espacio —y en particular el que convoca al desarrollo y apreciación estética— está  tensado entre dos polos. Breyer los denomina polo semiótico y polo del éxtasis. El primero convoca al proceso de interpretación “como milagro del hombre”; el segundo, al que le da la mayor importancia, es el polo de la presencia: la realidad presente y deseada. A través de este partido conceptual podemos observar cómo Breyer sigue de manera decidida el camino de su admirado Wittgenstein (“Empero hay cosas que no pueden ponerse en palabras. Ellas se manifiestan, ellas son lo místico.” (Wittgenstein, Tractatus, 6522).

Al pensar el espacio como presencia, Breyer se obliga a determinar el desplazamiento de toda dimensión ficcional. Por ejemplo, cuando asegura que “los actos de escenario suelen estar más próximos a una presencia de mística que a una algoritmia de código” (Breyer 1998, 15) no hace más que acotar los procesos de producción e interpretación sígnica en su dimensión temporal. Entiende así que la significación aparece como una instancia ora anterior, ora posterior a la presencia, pues para Breyer la significación no tiene lugar en el presente que supone toda escena. Esta es una noción central: el valor de esta idea es tan importante para él que titula La escena presente a su último libro editado, un voluminoso tratado de escenografía que resume gran parte de su enorme experiencia en este campo. Allí, el basamento conceptual que propone Breyer para encarar el problema del espacio habita en la dialéctica entre la demanda de mundo (el espacio escénico)  y su de-velamiento (el objeto escénico). Por esta razón, Breyer, en su búsqueda teórica y metodológica intenta desplegar una teoría del diseño escénico capaz de asumir dialécticamente la relación entre demanda y revelación.

Puedo, por mi parte, sugerir tres abordajes posibles para el problema planteado: el eje Heurístico (centrado en el modelo breyeriano de los Modos del Pensar) el de la Techné (a través del estudio del despliegue de las relaciones técnicas) y el Morfológico (o Fenomenológico, pues Breyer en este tema sigue fundamentalmente a Husserl), que puede ser centrado en las relaciones entre noemas y noesis.

[Texto completo presentado en el Congreso Internacional de la Sociedad de Estudios Morfológicos de la Argentina (Buenos Aires, 2015). Publicado en 2016.]